Cuando hablamos de optimizar un proceso, lo primero que nos viene a la mente es mejorar aquel proceso mediante es cual entregamos valor, en el caso de un producto será de cualquier actividad de transformación, como cortar, montar, empaquetar etc. Pero desde una visión Lean lo primero que debemos abordar son aquellas actividades que rodean a estos procesos, pero que no agregan valor al producto, es decir los desperdicios.
En términos de Lean, el valor siempre debe considerarse desde la perspectiva del cliente. No importa lo que hagamos si el cliente no ve ningún valor y, por lo tanto, no está listo para pagar por ello, es un desperdicio.
ESPECIFICAR EL VALOR
Lean implica un cambio cultural, Hoshin tiene como fundamento el involucrar a todas las personas en la búsqueda de soluciones para la mejora de la organización, si preguntamos a los trabajadores afectados en los procesos seguramente ellos podrán reconocer soluciones de aplicación inmediata entorno a sus tareas o puestas de trabajo.
Después de haber mapeado el proceso, podremos reconocer qué actividades agregan valor al producto y cuáles no. Básicamente, las actividades de valor agregado ayudan al producto a pasar de un estado original al estado completo en menor tiempo y al menor costo, mueven el producto hacia abajo y le ayuda acercarse a su finalización.
Entre las actividades de valor agregado y las que no encontramos las actividades sin valor agregado necesarias, serían aquellas actividades por las que el cliente no pagaría, pero que encontramos necesarias para hacer llegar el valor al cliente. Lógicamente deberemos centrarnos en trata de reducir este tipo de actividades.
Finalmente, las actividades sin valor agregado son aquellas que retrasarán el proceso de entrega del producto, afectando la eficiencia organizacional, estas actividades se clasifican como residuos.
7 +1 MUDAS O DESPILFARROS
El pensamiento Lean se esfuerza por mejorar continuamente los procesos al eliminar las actividades que no agregan valor, definidas como desperdicio, de un proceso. Es un proceso interminable de eliminación de residuos y de mejora continua del valor añadido. (Slack et al. 2016)
La característica principal de tal sistema es la investigación y eliminación de los 7 tipos de muda (Ohno 1988), que son:
Sobreproducción, una producción no solicitada por el cliente, esta puede ser en mayor cantidad, antes que el cliente lo requiera o algo que el cliente no haya requerido.
Inventario, cada tipo de inventario, de proceso, materia prima o producto, porque el inventario permanente no agrega valor para el cliente.
Procesos deficientes, son pasos adicionales de procesamiento o las actividades que no agregan valor dentro de los procesos.
Movimientos, componentes lejanos que requieren un movimiento del operador, que requiere mucho tiempo y sin valor agregado.
Defectos, productos que no cumplen con las especificaciones o cualquier documento con errores, que deben ser reelaborado.
Espera, cuando un operario se encuentra frente a la máquina sin hacer ninguna actividad de valor agregado, esperas que hagan que el proceso se detenga.
Transporte, de materiales de un lugar a otro, ya sea por deficiencia en el suministro de materiales o mala distribución de planta.
Posteriormente en su libro “The Toyota Way” Liker propone un octavo residuo:
Creatividad o potencial no aprovechado, Lean promueve la participación de todos los miembros de la organización, no fomentar la participación, escuchar sus ideas de mejora o uso de sus destrezas es considerado un desperdicio.
Pudiendo reconocer los 8 tipos de Muda y con el fin de profundizar en el concepto de desperdicio, veremos los tres tipos existentes Muda, Mura y Muri.
En el próximo post acerca de desperdicios, veremos cómo se aplica directamente el concepto de estos 8 desperdicios en el mundo de desarrollo de software.
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